miércoles, 26 de diciembre de 2012


"Juzgar toda una civilización por un pequeño grupo es una injustica infinita": Lyes Marzougui

Por Cristian Mendoza, periodista de Semana.com

ENTREVISTAEl teólogo y académico musulmán Lyes Marzougui habló con Semana.com sobre el video que desató la furia en el mundo árabe, la relación entre Estados Unidos y el Islam, y las posibles salidas a la crisis.

"Juzgar toda una civilización por un pequeño grupo es una injustica infinita": Lyes Marzougui. Manifestantes enfurecidos atacan la embajada de Estados Unidos en Yemen.
AP
Manifestantes enfurecidos atacan la embajada de Estados Unidos en Yemen.
Hace cuatro años llegó a Bogotá el sheihk (autoridad académica islámica) Lyes Marzougui, de 37 años. Viajó desde Francia, su país natal, acompañado de su esposa, de nacionalidad colombiana, y sus hijos. Salió cansado de la violencia en contra de su cultura. Su barba negra y su túnica representaban miradas con desconfianza entre los franceses temerosos de encontrarse con “sospechosos de ser terroristas”.

En Colombia se dedicó a enseñar sobre su cultura y su historia. Marzougui es director del Centro de Estudios Islámicos Al Qurtubi y profesor del Centro de Estudios Religiosos de la Universidad del Rosario. Hoy no puede ocultar su tristeza al recordar la manera en que es retratado el profeta Mahoma en el video La inocencia de los musulmanes, que desató la furia de miles de creyentes islámicos en Oriente Medio y le costó la vida a cuatro diplomáticos estadounidenses.

Semana.com: ¿Qué opina sobre el video La inocencia de los musulmanes?

Lyes Marzougui: Lo que se puede pensar de esta obra, si se le puede llamar así, es que no hace parte de la libertad de expresión que defiende Occidente. En realidad, es una provocación gratuita y un llamado al odio, una verdadera blasfemia de personas que cargan odio en su corazón y buscan lastimar y provocar, esperando una reacción como la que vimos.
Es importante que en Occidente se entienda que en nuestra cultura, nuestra tradición y nuestra fe, lo sagrado todavía tiene un lugar muy importante que, tal vez, no se le da en otras sociedades hoy en día.

En esta película se toca a lo sagrado, a la vida, al honor, a la propiedad de las memorias de los pueblos. No deja ningún principio del Islam sin profanar. ¡No hay un principio que no violen en esta película!

Semana.com: ¿Y cuál es su opinión ante las reacciones violentas tras la difusión de la cinta?

M.L.: Quienes hicieron el video saben claramente lo que están haciendo: es una provocación a los musulmanes, y eso también lo deploramos absolutamente. Estas reacciones no tienen que ver con lo que nos ha enseñado el profeta Mahoma. Sin embargo, hay que tener en cuenta que antes de su muerte, Gadafi estaba haciendo alianzas con grupos extremistas, del desierto de Sahara en Libia, y empezó a mezclar lo religioso con lo político.

Entonces el drama que se vive en el mundo islámico va más allá del video. La presencia de los ejércitos de la OTAN en las tierras musulmanas, la colonización, los miles de muertos que han costado esas colonizaciones, alimentan estas reacciones.

Pero, es importante que se entienda que estas reacciones no son las que se predican en el Islam, al profeta Mahoma lo insultaron, quisieron matarlo, y nunca respondió, a menos de que fuera en el contexto de una guerra, como se dan en los conflictos entre pueblos. Nunca respondió un insulto con matar a una persona o pedir que se matara a una persona.

Semana.com: ¿Cree que estas respuestas violentas están alimentadas por las interpretaciones de algunos versos del Corán?

M.L.El Corán es un libro que habla sobre todos los ámbitos de la vida del ser humano, en la vida del ser humano hay dolores, amores,violencias, pasiones, etc..

Hay personas que quieren utilizar nuestros textos para demostrar que los musulmanes tienen únicamente dos posibilidades: el cambio o la destrucción, y esto sólo le echa aceite al fuego. Lo que sentimos es que la ignorancia mutua, entre Occidente y el Islam, alimenta el peligro para las comunidades musulmanas en Occidente y las comunidades no musulmanas en el mundo islámico.
Entonces, ni aceptamos los extremistas que profanan lugares de culto cristianos o judíos en las tierras islámicas ni aceptamos que en el mundo occidental se profane la memoria de nuestro profeta Mahoma.
Semana.com: ¿Por qué es tan ofensivo el uso de la figura del profeta Mahoma?

M.L.: El profeta Mahoma es la persona más amada para el mundo islámico, sobre 1.500 millones de personas que practican nuestra fe. Si le preguntan a un musulmán quién es la persona que más ama, no responde que a sus padres, sus hijos o su familia, es al profeta Mahoma. porque es parte de nuestra vida, nuestra cultura, nuestro ser.

Semana.com: ¿Es un tabú representar la imagen del profeta Mahoma en la cultura islámica?

M.L.:
 Lo que sucede es que la figura del profeta Mahoma es demasiado grande para limitarla a una imagen. Las descripciones que tenemos son construidas a partir de textos que narran su vida, que hablan de su palabra, sus obras, su esencia. Todos son textos recopilados que, a partir de la lectura, nos permiten crear un imaginario.

Pero cuando se limita a una imagen ya la gente adquiere una representación que se le impone, entonces por respeto y reverencia al profeta, muchos sabios dicen que no hay que pintarlo. Muchas personas no permiten que se le represente en una obra artística y mucho menos cuando es un caso tan ofensivo como el de este video.

Por eso, muchos hemos decidido simplemente no ver el video, para no ensuciarnos de odios y violencia. Es como ver una película de la madre de uno haciendo actos obscenos, y esta es una analogía muy pequeña al lado del profeta. Están mancillando el honor, tocan nuestra esencia, nuestra fe, es como querer aniquilar todo lo que somos.

Semana.com: Pero. ¿entonces usted no ha visto el video?

M.L.:
 No todo, no fui capaz. No quise llenar mi corazón de odio y ensuciar mi alma con una imagen tan distorsionada del profeta Mahoma, para evitar las reacciones vanas, que son las que persiguen quienes hicieron esta ofensa, esta provocación.

Semana.com: ¿Y si fuera al revés, si alguien decidiera hacer una película en Occidente  que muestre al profeta Mahoma de una forma positiva?

M.L.:
 Si la persona tuvo buenas intenciones de representar un documental de lo que es, porque nosotros ni siquiera pediríamos que muestren algo que no es cierto o que lo pongan como algo que ellos no creen que sea, solo se pide que se haga con respeto. 
Si hubiera sido el caso en que hicieran una película retratando al profeta de una manera positiva, seguramente habría reacciones de rechazo, pero en el entendido de que se trata de un error de buena voluntad, no habría reacciones tan violentas como las que hemos visto.

El problema aquí es la intención detrás de lo que se quiso hacer, Esto no es gratuito. Claramente hay una emoción que se desborda, porque el pueblo es emocional, ¿cómo reaccionarías si violaran a tu madre y reprodujeran ese abominable acto por todo el mundo?
Semana.com: ¿Qué puede hacer Estados Unidos, y Occidente en general, para detener esta ola de violencia?

M.L.:
 Lo que realmente podría ayudar es que los intelectuales y los políticos, ya sean cristianos, judíos, protestantes, católicos, musulmanes de cualquier tendencia, se sienten, al menos una vez en la vida, para precisar unas condiciones sobre cómo manejar el asunto de la profanación de la fe del otro, y demarcar el límite para evitar estas catástrofes que, tristemente, cuestan vidas.
Hay penas gravísimas a quienes fomentan el antisemitismo, porque mancilla una cultura, un colectivo de seres humanos. Hay lugares que incluso dan cárcel por representar ese odio, por fomentar esa violencia. Entonces, ¿por qué no podemos encontrar leyes que prohíban la islamofobia?
Semana.com: ¿Hay confianza en el mundo musulmán hacia Estados Unidos y el mundo occidental en general?

M.L.:
 Hilary Clinton habló sobre esto y dijo que el hecho no representa en nada la visión de Estados Unidos y su relación con el Islam, que esto es una profanación, que es violencia, que este es un acto de personas irresponsables que encendieron el fuego y ahora se esconden.

El problema es que en muchas ocasiones hemos visto que los actos de Estados Unidos contradicen sus palabras. Lo que pasó en Abu Ghraib, las miles de personas muertas en Irak y en Afganistán, todo esto está muy fresco y genera dudas, sospechas y prevenciones en los dos lados.

Semana.com: ¿El movimiento de barcos de guerra en el Mediterráneo contribuye a esa desconfianza?

M.L.:
 El movimiento puede llegar a ser hasta legítimo, en el entendido de que atacaron las embajadas, mataron cuatro diplomáticos y Estados Unidos dice tratar de defenderlos. Pero, el problema es que lo que pasó no representa a todo el pueblo libio ni a todos los musulmanes de la tierra. Y mover naves en el Mediterráneo es un acto de guerra masivo.

Tristemente muchas veces los políticos no tienen la voluntad de llegar a acuerdos yadquiere más peso el arma, la amenaza, la fuerza y suben los tonos, y pocas veces se escucha una voz sana señalando otro camino.
Semana.com: ¿Cuál sería el escenario ideal en este momento?

M.L,:
 Lo ideal es que llegue el día en que puedas decir tengo esta fe, esta cultura y tu tienes la tuya, no son las mismas, pero no quiero obligarte a creer en la mía porque te respeto, no te discrimino o huyo de ti por ser diferente o practicar otro credo. Pues, juzgar toda una civilización por un acto aislado de un pequeño grupo es una injustica infinita, y solo contribuye a fortalecer esta cadena de odios, que es contraria a nuestra propia filosofía.

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