Domingo, 12 de abril de 2015
ELCORREO.AE
Por RAMSI JAZMATI
El título de Capital del mundo árabe que recibió Sharjah por parte de la UNESCO en 1998, señala el profundo trabajo emprendido por las autoridades para su conformación como emirato de referencia en tendencias culturales. Una etiqueta que Sharjah ha sabido mantener a lo largo de estos años. Sin duda, uno de los motores culturales del emirato es su Príncipe: Sultan Bin Mohammed Al Qassimi, gobernante culto con una profunda formación humanística y científica en universidades internacionales. Su cosmopolitismo y conocimiento de las tendencias artísticas, en el sentido más amplio de la palabra, permiten que sus colaboraciones con diferentes instituciones de Sharjah tengan como resultado su encumbramiento como centro de referencia en el panorama intelectual.
Los Emiratos Árabes Unidos desarrollan en la actualidad un papel cultural en el escenario internacional de notable importancia. Son diversas las expresiones y actividades promovidas por parte de los gobiernos de cada región en pro de potenciar la vertiente artística de sus instituciones y gentes. Pero dentro de este conglomerado de ciudades en constante ebullición destaca, precisamente por ese apoyo desde diferentes instancias, Sharjah. Sus iniciativas, como capital del emirato del mismo nombre, están centradas en la educación, de manera similar que Abu Dhabi centra sus esfuerzos en el desarrollo de la energía o Dubai en las finanzas.
Las universidades de Sharjah, de las cuales el Príncipe Sultan Al Qassimi preside de forma directa y real sus consejos, son una gran muestra de su preocupación personal de dar la máxima calidad de estudios según los mejores estándares internacionales. Así la Universidad americana de Sharjah es considerada una de las mejores universidades americanas fuera de Estados Unidos o la Universidad de Sharjah, que es de las primeras en los rankings entre las universidades árabes.
Tambien entre las prioridades de Al Qassimi se encuentra la promoción de las características de la identidad islámica. Por ello, al observar el calendario cultural de Sharjah uno se percata de la variedad de promociones y expresiones artísticas existentes en el principado: desde una feria del libro anual que acoge a cientos de editoriales de todo el globo y miles de títulos, o eventos como el festival de la luces o el bienal de arte contemporáneo. Asimismo, se programan numerosas exposiciones pictóricas y culturales recogidas en sus museos. Más de veinte galerías que potencian tanto la cultura propia -Museo de la Civilización Islámica o el Museo de la Caligrafía Árabe- como la internacional y contemporánea bajo la tutela de la Sharjah Art Foundation. Una organización que persigue el contacto directo entre los artistas y las instituciones que actúan como plataforma de despegue para sus trabajos.
Precisamente esta institución es una de las plataformas a través de la cual el emir apoya la cultura islámica y su proyección internacional. Pero su margen de acción va más allá de las fronteras de Oriente Próximo. Por ejemplo, es manifiesto su apoyo en la construcción y promoción de obras arquitectónicas en ciudades como Granada, centro con el que el mundo islámico comparte lazos históricos, y donde colaboró económicamente en la construcción de su mezquita.
Debido a la suma de todos estos elementos Sharjah se erige como un centro de referencia en la cultura y la educación centrado en la promoción de “las artes” de todos los rincones del mundo, y en especial en la conservación de su propios rasgos históricos que marcan su identidad islámica. Un foco que irradia su modernidad e intelectualidad más allá del Golfo de la mano de sus gobernantes.
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