viernes, 3 de octubre de 2014

TRADICIÓN Y PASIÓN DURANTE LA MAYOR FIESTA MUSULMANA.- EID AL-ADHA

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3 octubre, 2014
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Tradición y pasión durante la mayor fiesta musulmana
(Texto: Amelia Cruzado. Fotos: Rafael Pérez) La festividad musulmana de Eid al-Adha -o celebración de Sacrificio-, que conmemora la disposición de Abraham, primero de los patriarcas de la religión judía, cristiana e islámica, de sacrificar a su propio hijo Ismael por orden de Allah, inunda desde este viernes, primer día de un largo puente, todos los rincones de Emiratos Árabes Unidos.
Un mulsumán concreta la compra de un cordero.
Un mulsumán concreta la compra de un cordero.
Eid al-Adha marca el final de la peregrinación a la Meca y durante 4 días se reúnen las familias y amigos, que comparten comidas, se entregan regalos y sacrifican normalmente una cabra.La celebración tiene lugar el décimo día del último mes del calendario islámico, pero ya que es lunar, la fecha varía cada año para el calendario gregoriano.
Miles de personas se concentraron durante las primeras horas del Eid al-Adha en Ras All Khaimah para llevar a cabo la tradicional compra de corderos.
Miles de personas se concentraron durante las primeras horas del Eid al-Adha en Ras All Khaimah para llevar a cabo la tradicional compra de corderos.
La mayoría de los musulmanes celebran la festividad en sus lugares de residencia,acudiendo a las mezquitas para la oración y luego, aquellos que pueden hacerlo, sacrifican y celebran una comida a la que se invitan mutuamente. Normalmente suele celebrarse al aire libre, en las afueras de las ciudades, en una zona abierta denominada musalla.
El buen estado de los dientes, clave en la compra de un cordero.
El buen estado de los dientes, clave en la compra de un cordero.
La carne del animal es separada en tercios, una para la persona que obsequia la bestia, otra para repartir entre sus parientes y el último tercio para los necesitados, independientemente de su religión, raza o nacionalidad.
Emiratíes de todas las edades acuden al mercado.
Emiratíes de todas las edades acuden al mercado.
En las grandes ciudades de Emiratos esta festividad puede pasar desapercibida, ya que se encuentran habitadas en su mayor parte por expatriados y las jornadas de asueto se dedican a salir de vacaciones o días de relax.
La venta de corderos se sitúa junto al mercado de fruta y verdura de Ras Al Khaimah.
La venta de corderos se sitúa junto al mercado de fruta y verdura de Ras Al Khaimah.
El resto de residentes sale en masa del país. Las únicas fronteras terrestres disponibles para los ciudadanos no musulmanes son las de Omán. Las magníficas carreteras disponibles en el país permiten cruzar los lindes para conocer nuevos paisajes. El problema al que se deben enfrentar los turistas es que las oficinas de aduanas se encuentran saturadas y la cultura de espera para la atención al público aún no está desarrollada, por lo que en estos días cruzar la puerta de cualquiera de las dependencias de las fronteras de Emiratos con Omán es una batalla imposible.
Las personas que no tengan paciencia para pasar varias horas de espera en los puestos fronterizos o sientan claustrofobia al verse rodeados por todas partes de adultos y niños ante la inexistencia de una fila formada, tienen la opción de hacer turismo por los diferentes emiratos de la unión.
Ras Al Khaimah, que según un informe del sector hotelero publicado en el diario The National, adelantó como destino turístico interno a Fujairah, se ha convertido en una opción de alto nivel para las distintas jornadas de vacaciones tanto para extranjeros como locales. En este emirato, situado a tan sólo 45 minutos del aeropuerto de Dubai, aún es posible disfrutar de las verdaderas tradiciones del país, conocer de primera mano la auténtica historia de la festividad del Eid u observar como desde primeras horas del viernes se reúnen, en la explanada del mercado de frutas, los ganaderos para vender sus corderos. Todo un espectáculo marcado por la autenticidad. 
Este mercado de corderos vivos, pequeños y grandes, es similar al celebrado en tantos pueblos y ciudades del resto del mundo: los hombres venden y los hombres de la familia también son los que acuden a comprar. Una oveja del tamaño de un poni se puede adquirir por 1.500 dirhams o algo menos si se regatea; el corderito lechal sale por unos 600 dirhams. La experiencia merece la pena.

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